Fue en una noche de invierno lluviosa, de esas en que apetece dormir prontito.
Me encontré pisando gotas de lluvia en el aire y, por cada gota que explotaba, una historia comenzaba. Sobre la cuarta gota viajé a un pasado no reciente, como unos veinte años atrás. Fue interesante descubrir la poca percepción que tenemos de muchas cosas que nos suceden en un periodo de tiempo y, pasado el mismo... quizá, incluso, mucho tiempo... vemos y comprendemos.
No todo tiempo pasado fue mejor sino que todo tiempo es diferente y encierra momentos, vivencias y experiencias distintas. El tiempo no es nuestro no somos sus dueños ni podemos controlarlo, cada día es un regalo por el que debemos estar agradecidos y devolver algo bueno a cambio, como muestra de agradecimiento.
En mi viaje sólo pisé cinco gotas de lluvia, esto me hace deducir que es muy valiosa y unas siete o nueve gotas pueden ser una vida entera incluso, en algunos lugares, se conformarían con dos, tres, cuatro gotas....
Espero y deseo volver a soñar con la sexta y la séptima gota pasados algunos años y poder contaros que viajé pisando gotas de lluvia y que por cada gota que pisaba una historia comenzaba…..
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