la verdad y el viajero
Un caminante, que viajaba por el desierto, encontró a una mujer que estaba sola y terriblemente abatida. Él le preguntó:
--¿Quién eres?--
--Mi nombre es La Verdad-- contestó ella.
--¿Y por cual razón-- preguntó él, --abandonas la ciudad para morar sola aquí en el páramo?--
Ella respondió:
--En viejos tiempos, la falsedad era cosa de muy pocos, pero ahora convive con todos los hombres y ya no hay lugar para mí. Esopo
Moraleja:
Debemos defender la verdad a pesar de nuestro propio detrimento. Un mundo lleno de mentiras no es sano.