fomentar la curiosidad
Alejandra tiene siete años y todas las mañanas se levanta con ganas de descubrir cosas nuevas del mundo. Su mamá, desde muy pequeña, la ha acostumbrado a que cuando se despierta piense en algo
que le gustaría descubrir y le pregunta: Alejandra, qué quieres descubrir hoy de camino al colegio; ella le responde, pues… iré observando alrededor de mi y ya veremos que
encuentro.
Ayer encontró un botón y esta fue la conversación que mantuvo con su madre hasta llegar a la escuela:
A-- Mira mamá he descubierto un botón
M-- Sí, se le ha perdido a alguien
A-- un botón es como un plato, un balón o una mesa redonda sólo que, tiene agujeros en el centro, sirven para unirlo a la tela.
Ahora, quien lo haya perdido, si el botón estaba en un sitio clave, tendrá problemas hasta que llegue a su casa. En realidad, no le damos la importancia merecida a la labor de los botones, hacen que el frío no nos entre a la barriga… jejee
Cómo se fabricara un botón?
Cuántos botones habrá en el mundo?
Desde cuando existen los botones?
M-- No te preocupes, cuando salgas del colegio buscaremos todo lo que podamos sobre la historia de los botones
A-- Ah, sí, que bien!!
La curiosidad es un motor que impulsa al ser humano a buscar respuestas y motiva en el esfuerzo de su encuentro. Para una persona que siente curiosidad por las cosas que le rodean resultara más fácil la investigación que para otra que sólo investigue por obligación; por eso, debemos hacer que nuestros niños sientan curiosidad por todo haciéndoles preguntas y cuestionamientos desde pequeños. Cómo se habrá construido este juguete? Quién lo habrá construido, dónde….
Con cuatro años, mi hija tuvo su primera muñeca habladora. Me había costado un dineral y se la regalé por su cumpleaños. Os estoy hablando de hace unos cuantos años. Al cabo de una semana, aproximadamente, estaba yo sentada en el salón y mi hija en el pasillo que, era bastante largo, paseando de arriba abajo en el cochecito a su muñeca habladora.
Al rato, se sentó en el suelo, cerca del marco de la puerta donde yo la veía parcialmente y se puso a mimar a su muñeca. No sé exactamente el tiempo que transcurrió pero, al verla confortable y tranquila me relajé un poco en su vigilancia. He de decir, que ella estaba súper contenta con esa muñeca y que yo nunca me hubiera imaginado lo que hizo impulsada por su propia curiosidad. Al cabo de un rato, viene toda feliz donde yo estaba, con una carita pletórica y radiante de satisfacción, me dice: mamá, ya sé cómo puede hablar la muñeca!!! Mira, tiene un disco!!
Había desmontado todas las piezas de la muñeca. Desde el principio se preguntaba, en su interior, cómo una muñeca podía hablar y no cesó hasta descubrirlo… Lo bueno, se quedó complacida con el descubrimiento; lo malo, la muñeca no pudo componerse para volver a hablar… pero no se quejó ni se puso triste, estaba feliz con su descubrimiento…
Aunque en el fondo, a mi me molestó el destrozo, no la regañé; me colmé de paciencia y me hice cómplice de su felicidad alentándola a seguir descubriendo cosas y tomar las necesarias precauciones según qué cosas.