
La cigarra y la Hormiga
La cigarra y la hormiga es una de las fábulas atribuidas a Esopo y recreada por Jean de la Fontaine y Félix María Samaniego. En la historia original aparece una cigarra que después de pasar el verano cantando, al llegar el invierno se encuentra desprovista de alimento y acude a pedirlo prestado a su vecina la hormiga. La laboriosa hormiga se compadece de la cigarra, y le regala algunos granos de arroz, no sin antes advertirle que debe ser previsora, y que «vale más prevenir que lamentar» Sin embargo, cuando Jean de la Fontaine y luego Samaniego recrearon esta fábula, le cambiaron el final, y la que había sido una generosa hormiga pasó a convertirse en un insecto realista, que le niega alimento a la cigarra ya que sabe que su generosidad no cambiaría para nada el comportamiento de la cigarra y la obligaría a mantenerla por el resto de su vida.
Reflexión nº 1 - qué aplicamos al mundo de los seres humanos: Todo ser humano merece una segunda oportunidad; le prestaríamos algún dinero o le daríamos algún alimento advirtiéndole que, la ayuda sólo sería por una vez, pues debe trabajar para ganarse la vida.
Reflexión nº 2 - qué aplicamos al mundo de los seres humanos: No mantenerla por el resto de su vida, pues sería injusto para nosotr@s y haríamos un completo inútil al otro ser humano.
Moraleja: el trabajo de la hormiga se ve recompensado con la supervivencia y la seguridad y la despreocupación de la cigarra se paga con la posible no supervivencia y la pérdida de la dignidad.
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