proporción de las reprimendas a adolescentes
Para todos, pienso, es importante en esta vida la proporción o medida de las recriminaciones, correcciones, reprimendas... no es igual derramar un vaso de agua, en cuyo caso, ni estimaría
conveniente un reproche si no, más bien, una recomendación como, ten un poco más de cuidado; que faltar a las clases, en ese supuesto todos seriamos más estrictos.
Para corregir comportamientos incorrectos normales de la adolescencia, los adolescentes tienen que sentir remordimiento con lo que no han hecho bien, si lo que sienten es indignación, falta de
proporción en el castigo... es posible que vuelvan a hacer lo mismo quizá ya por cabezonería.
Os dejo aquí un escrito que envió a una amiga, la hija de mi tía y que, de alguna manera, viene a argumentar lo que siente su hija de dieciséis años cuando recibe la
reprimenda.
Bronca del 15
No he tenido tiempo, esa es la verdad. No he podido hacer mi cama, me he dormido veinte minutos y todo lo que he hecho antes de ir al instituto ha sido ducharme y desayunar. Cuando he vuelto, mi madre me esperaba podemos decir que, con los brazos en jarra... Vaya bronca, estoy indignadísima, no creo que sea para tanto. Todos nos hemos dormido alguna vez pero mi madre es… taaan exigente!!!
Me ha castigado sin ver mi serie favorita una semana, sin salir tres días con mis amigos y por

supuesto he tenido que hacer la cama cuando he venido del insti. Que vale, de eso no digo nada, pero de darme la charla que me ha dado y dejarme sin ver la serie.... pues lo encuentro
desproporcionado y así reivindico mi queja porque por ahora es lo único que me dejan hacer.
La charla que me ha dado sobre responsabilidades!!!! No creo que por dejar de hacer la cama un día, incluso si no es porque me he dormido sino porque no me apetece, redunde negativamente en el cumplimiento global y general de mis obligaciones; vamos digo yo que todos nos hemos saltado alguna vez alguna obligación que no tuviera consecuencias nefastas y, me parece a mí, que dejar una cama sin hacer unas horas incluso un día, no perjudica a nadie excepto a la persona que duerma en ella que tendrá todo un lio de ropa de cama...
En fin, estoy triste, decepcionada, me siento impotente y sólo sé que no era para tanto. Con haber hecho la cama al venir del insti y una advertencia de no lo vuelvas una costumbre (el dormirme y/o no hacer la cama) hubiera sido más proporcionado…. O no?
Ah, para mí la razón la tengo yo