Se puede aprender a ser paciente?

Se puede aprender la paciencia?


Desde la experiencia que me da la vida puedo responder: Sí, la paciencia es una virtud que se puede ir aprendiendo y desarrollando.

Por naturaleza, sobre todo en la niñez y, también algo en la juventud, solemos ser impacientes; queremos a la voz de 'ya' cualquier cosa sin esperar turnos.

No nos paramos a pensar si es viable es ese momento, si con ello alguien puede salir perjudicado... no, sólo queremos lo antes posible aquello que deseamos tenga la forma que tenga... un cuadro para la sala, un vestido para la fiesta, una respuesta....


Nos desbordamos de impaciencia especialmente en estados de infortunio, si ya es pesada la carga de una mala racha, nosotros le agregamos la impaciencia de salir de eso lo antes posible; no digo que no sea natural desearlo pero, sí me atrevo a decir que, la impaciencia no hará que salgamos antes de la situación nefasta y, por el contrario, nos hará más penosa y desgraciada la espera mientras llegan tiempos mejores, recordemos que, no hay mal que cien años dure.... de todo se sale y todo tiene caducidad.

 

Algunas personas, cuando intentas consolarlas, responden que no pueden evitar estar impacientes y enfadados con la situación, sin advertir el gasto tan enorme de energía desperdiciada en esos estados anímicos tan poco fructíferos.

Debemos poner de nuestra parte, desear que cambie el rumbo de las circunstancias con optimismo, sin frustraciones... sí, ya sé que no parece fácil, sin embargo, tampoco es tan difícil. El secreto, por así llamarlo, está en la paciencia y en la aceptación de la nueva situación que, no significa cruzarse de brazos sino, más bien, trabajar en pro de algo mejor con las ideas claras, sin las ofuscaciones ni bloqueos que nos causa la impaciencia.

Todos somos capaces de someter a la impaciencia, capaces de respirar profundamente, contar hasta diez o… veinte y vencer a la impaciencia, a la vez, llenarnos de confianza y certeza diciéndonos, a nosotros mismos, que seremos perseverantes, pacientes y no dejaremos de trabajar para conseguir nuestro 'caramelo'.

Hay que trabajar desde pequeños con la paciencia de los niños, cómo, pues si nos piden un caramelo, un juguete etc… no debemos salir corriendo a buscarlo para entregárselo; por el contrario, lo que tenemos que hacer es darles el plazo de un día (máximo) para esa adquisición:

 

'Hoy no tengo caramelos pero, mañana compraré y te daré dos'

 

En principio, el niño se quejará, querrá su caramelo ahora, ya. Entonces, deberemos explicarle que si está impaciente se le hará más larga la espera, aparte de que nada cambiará excepto que él lo pasará mal y estará disgustado hasta que suceda la compra de los caramelos. También, en lugar de un día se puede empezar a practicar con horas, hacerles esperar una o dos horas, media hora…

Lo máximo, para un caramelo, que yo hice esperar a mis hijos fue un día. Siempre que conseguían estar pacientes hasta el día siguiente les ofrecía dos o tres en vez de solo uno o un caramelo y un bombón, además de su 'dosis' (necesaria y merecida) de felicitaciones y reconocimiento por su logro. De lo que se trata es de hacerles ver que la paciencia ha tenido recompensa y de que, la mayoría de las veces, es así porque de todo se sale y todo tiene fecha de caducidad; algo que ya es en sí mismo, una recompensa a la paciencia, puesto que el tiempo transcurrido no lo habremos pasado enojados, ni bloqueados, no habremos sido antipáticos, desagradables, mal educados…. En fin, todo lo que conlleva un estado de inquietud provocado por la impaciencia. Nos parecerá más corto el período de tiempo que ha durado la etapa de vuelta a una nueva y mejor situación o haber conseguido nuestro caramelo.

Dibujar Colores. 



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